Toda organización puede representarse como una compleja red de elementos que hacen actividades que les permiten interrelacionarse unas con otras para alcanzar los fines (misión) del conjunto.
Cada una de las interrelaciones puede representarse y gestionarse como un proceso.
Los procesos pueden ser:
- Operativos: guardan relación directa con los clientes y generan negocio. proporcionan servicios a clientes, son propios de la estructura logística de la organización, responden a la naturaleza innovadora y de producción.
- De apoyo: se llaman así porque soportan a los operativos, con los que se complementan. (compras, sistemas informáticos, formación…)
- Estratégicos: aquellos que facilitan la estructura organizativa necesaria para la dirección integrada en la organización. (sistema de calidad, planificación estratégica, control interno..).
Por su importancia de cara al funcionamiento de todos los procesos pueden clasificarse en:
- Procesos clave: son fundamentales para la supervivencia y competitividad de la organización, pueden ser estratégicos, operativos o de apoyo..
- Otros procesos: cumplen funciones pero no tan fundamentales para asegurar el futuro de la organización.
Según el número de funciones o departamentos que intervienen, los procesos pueden ser:
- Proceso multifuncional: las actividades y tareas se realizan a través de varias funciones o departamentos, debido a esto, son procesos más complejos y suelen tener prioridad en la gestión.
- Proceso funcional: las actividades y tareas del proceso son desarrollados por una sola función, departamento, incluso puesto de trabajo.
